ví tanto
que se me cerró
un ojo
se pone
el límite
y luego el despojo
si ni un beso
nos unió
en rima
sentite libre
de robarme
el invierno
que se aproxima
once, invierno, ‘25
ví tanto
que se me cerró
un ojo
se pone
el límite
y luego el despojo
si ni un beso
nos unió
en rima
sentite libre
de robarme
el invierno
que se aproxima
once, invierno, ‘25
el poema más corto
es un nombre
y una vez,
me hicieron un poema
que se llama
igual que tu banda
¿ves?
sin querer voy
haciéndome propaganda
monte castro, otoño, ‘25
blanco
Frecuentes, necesarias
Transformaciones
Me pagan por ponerle azúcar al café
Fue el abrazo de la bruja lo que me curó la obsesión,
No la poción
Yo lo abandono pero me viene a buscar
El silencio es el idioma de Dios;
Todo lo demás es una pobre traducción
Y yo intento
no renegar de mi pobreza
La humildad es una cualidad de la tierra
más colores
Defendé de vos mismo a tu deseo
Así se aclara
Luego va a hablar la intuición en colores opuestos y te vas a confundir;
Volvé a aclarar mi deseo
Me da miedo que se enfríe
Así que voy a viajar hasta la caldera a ver qué pasa
La tibieza ya es básica y no se cuenta
Puede haber entonces dos resultados
Con cualquiera estoy contenta
buenos aires, otoño, ‘25
En la búsqueda del tesoro
Voy vestida de donaciones
Ese invierno por suerte no habla
Ni explica sus posiciones
Inicio, consumo
Y purifico
Leo las noticias urgentes de ultimísimo momento:
¡El pasado ha muerto!
La foto acompañada de su epígrafe:
“Si vas alumbrando bien la vida
Las cenizas son tu poesía”
buenos aires, otoño, ‘25
¿Que tan cansada
Estoy
Si de solo
Una buena noche de sueño
Ya se me curan
Las ojeras?
Tomo
En tanto tome
Mi mejor amiga
Ella me quita la espiga
Ella es estrellera
Su esqueleto es de vidrio
Y no sé donde haya
La cruz que envidio
Pero así voy y le digo a la peña
¡Soy rica, vayan gastando!
Tengo una amiga porteña
buenos aires, otoño, ‘25
Sumergí la hoja de otoño
Puse la flor en agua
Me quedé despierta toda la noche
Asistí a misa
Perdoné a todo el mundo
Me enamoré de una idea
Me rendí
Y me emborraché
once, otoño, ‘25
Los pajaritos que nacen
En una jaula
Deben pensar que volar
es una enfermedad
Mi piel del color del espejo
Me disfruto
Por primera vez en meses me disfruto
Desempaño el vidrio
Me voy lejos
Estoy negra
Suena mi banda
Nadie me conoce
Me disfruto y no duermo
Por primera vez en un tiempo no duermo
Nadie piensa
Entonces me escucho
Me escucho fuerte y claro
Telépata natural
Descanso así
Despierta
rosario, otoño, ‘25
expiar
Respingado entero
Siamés
de su gemela
Ella me deja
No cela a su hermano
Entonces lo miro
Respingado entero
Pagaría
por ser su enemiga
Yo estúpida entera
Separada también
de mis propios gemelos
Ellos lo dejan
No me celan
Entonces me mira
Me mira también
Respingado entero
Agarra su guitarra
El suelo no lo escucha
Le pega patadas
Le pega patadas al piso y sonríe
Yo jugadora también
Ya jugando por reflejo
No descanso y él se duerme,
o finge que duerme detrás mío
Mientras saco la lengua de daga
Y sonrío
¡Cómo no sonreír!
culpar
juntamos mundos
¿quién propone?
te planto una semilla
y parece que es momento
de entrar en el quirófano,
sacar el filo bisturí,
y separar
(como algunos afortunados siameses)
tu mundo del mío
villa ramallo, otoño, ‘25 / buenos aires, otoño, ‘25
san felipe
me visto para la calle Corrientes,
que no me pide ni me expulsa;
me la paso en el cine o robando chocolates,
leyendo índices,
devolviendo miraditas,
durmiendo afuera,
tomando el vino que tomaba mi viejo,
y volviendo sobre mis pasos.
san cristóbal
una bala perdida
no es un tiro al aire;
algunos impulsos solo necesitan su cauce
entre la angustia
de lo que no comemos
futuras profesiones
tejemos
y ansí vamos creciendo,
juntos, entre nosotros,
porque nadie nos está viendo
buenos aires, verano, ‘25 / buenos aires, invierno, ‘25